CAPÍTULO
45
Entré en casa de Eric en el momento que
sus padres salían.
-Eric está en el comedor –me indicó su
madre mientras cruzaba la puerta.
-Vale, gracias.
Me acerqué a él, que estaba tirando
sobre el sofá. Apartó la mirada de la televisión y la puso en mí.
-Hola –dijo con una amplia sonrisa.
-Hola –lo miré de arriba abajo, llevaba
puesto un viejo chándal -. ¿Vas a salir así?
Eric no era el típico que se preocupara
por su imagen, algo que me gustaba, pero tampoco saldría así. Me miró un
segundo, sin entender.
-Oh, vamos. Quiero ir a la feria.
Resopló.
-Llevo dos noches saliendo de fiesta con
el equipo, estoy agotado. Ayer volví a las ocho a casa.
-Yo también estoy cansada, llevo días
reconstruyendo la escuela de magia.
-Entonces podemos descansar juntos –dijo
con una sonrisa pícara.
Estiró de mi brazo y apoyé la mano
contra el respaldo para no caer sobre él.
-Podríamos, pero estamos en verano y
quiero disfrutarlo.
-¿Por qué no llamas a Amber? –me apartó
el brazo con el que me estaba sujetando y caí sobre él-. Las cosas están como
antes, ¿no?
-Más o menos, pero me gustaría salir con
mi novio –le recriminé.
Cogí el cojín que tenía bajo su cabeza y
le aplasté la cara con él. Cuando lo aparté él se reía a carcajadas y me agarró
las muñecas con una sola mano para conseguir quitarme el almohadón.
-No me has dejado acabar –se explicó
entre risas-. Sal con ella por la tarde, después podemos salir juntos por la
noche.
-Está bien –cedí.
Agarré de nuevo el cojín y se lo puse en
la cara. Me levanté de encima y cogí mi bolso del suelo.
-Adiós.
Antes de que pudiera salir por la puerta
noté como sus manos me agarraban por la cintura. Me abrazó por detrás y me besó
en el cuello.
-¿Te has enfadado? –preguntó divertido.
-Sí –bromeé volviéndome hacia él-.
Mucho.
Acunó mi rostro entre sus manos y me
besó.
-No te enfades, sabes que te quiero.
-Sí, pero no quieres venir conmigo a la
feria.
-Iré esta noche, me pasaré toda la noche
en la feria si quieres.
Me reí.
-Te tomo la palabra –me acerqué para
besarle de nuevo-. Descansa. Te llamo luego.
-Vale. Adiós.
Subí calle arriba.
Con Amber, desde antes de la graduación,
las cosas seguían más o menos como al principio, lo que hizo que Ayerai se mosqueara
un poco. Pero no me importaba lo que dijeran, la había perdonado después de
todo, y ella realmente se arrepentía de lo que había hecho. Yo no era una
persona rencorosa, ¿por qué no iba a perdonarle?
Llegué hasta su casa y llamé a la
puerta. Su hermana pequeña abrió.
-Hola, Samira –saludó.
-Hola, ¿está Amber?
Abrió más la puerta para que pasara y
señaló hacia el jardín.
-Gracias.
Crucé el comedor para llegar hasta la
parte trasera. La casa de Amber tenía un gran terreno como jardín trasero. En
ese momento empecé a oler a humo. La busqué con la mirada hasta encontrarla en
la esquina más alejada, y frente a ella se extendía una pequeña hoguera que
producía aquel olor.
-Amber –me acerqué a ella-. ¿Qué haces?
Tenía la mirada puesta en el fuego
mientras que, con el Libro de las Sombras entre sus piernas cruzadas, arrancaba
las hojas y las lanzaba a la fogata. Me quedé callada, sin saber qué decir.
-Lo…
-No lo digas –me cortó-. ¿Qué vas a
sentir de unos tipos que intentaron matarte? Ni siquiera deberías pensar en
decirlo. Además, todo esto no es más que una mierda –una lágrima se derramó por
su mejilla. Me acerqué para consolarla. Pasé el brazo por sus hombros y la
abracé.
Volvió a arrancar otra página y a
echarla al fuego.
-¿No sería más fácil si lo quemaras todo
de una? –dije con una pequeña sonrisa.
-Lo he intentado –cerró el libro un
segundo para dejar ver las tapas quemadas-. Pero no prende, tarda demasiado. Y
no quiero que quede ningún rastro de esto, no quiero recordarlo.
-¿Durante cuánto tiempo estuviste metida
en eso? –pregunté en un susurró.
-Manifesté mis poderes al cumplir los
dieciocho, todo empezó cuando me fui con mis padres de fin de semana… –su voz
fue apagándose al recordar a su padre, el cual había muerto en la plaza de
Salem.
-Entonces –se me pintó una pequeña
sonrisa al pensarlo-. Al principio eras mi amiga…, quiero decir, las mentiras
empezaron cuando cumpliste los dieciocho, ¿no?
Ella negó con la cabeza, y tardó unos
segundo en contestar.
-Desde principio de curso mi padre me
dijo que debía acercarme a ti, y que luego sabría por qué debía hacerlo –dijo
en voz baja, tanto que apenas pude oírla-. Aunque luego si que te convertiste
verdaderamente en mi mejor amiga, ni siquiera recordaba lo que mi padre me
había dicho a principio de curso.
Me quedé callada, sin nada que decir.
-Da igual, el pasado, pasado está.
-Si este estúpido libro se quemara…
–empezó a arrancar varias hojas, furiosa, y las lanzó contra las llamas.
-Déjamelo a mí.
Lo cogí con cuidado, esperando notar una
quemazón en los dedos, pero no fue así. La Magia Negra había sido extinguida
para siempre.
-Ignis
–dije y el libro empezó a arder rápidamente.
Lo tiré en la pequeña hoguera que
teníamos delante, y ambas observamos cómo se quemaba todo lo malo que había
destrozado nuestra amistad.
-Bueno, dejemos todo esto en el pasado,
¿vale? Ya se ha acabado –me levanté del suelo-. Así que levanta el culo y
vámonos a la feria.
Se rió por lo bajo.
-¿Te apetece ir a la feria?
-Sí, quiero disfrutar de las fiestas.
Vamos –la cogí del brazo para que se levantara y nos dirigimos hacia el
interior de la casa.
-¿Has llamado a Eric? ¿Viene? –preguntó
mientras caminábamos calle abajo, hacia el centro del pueblo.
-He ido a su casa, pero estaba
apalancado en el sofá. Dice que quedaremos por la noche.
-Ayer le vi con sus amigos del equipo.
Chase me ha dicho que volvió a las ocho a casa, fueron hasta a desayunar antes
de volver.
-Sí, eso me ha dicho. ¿Qué tal las cosas
con Chase, por cierto? –hacía mucho tiempo que no hablábamos de estas cosas.
-Muy bien –dijo con una coqueta sonrisa
en el rostro.
Continuamos hablando de mil cosas
mientras paseábamos distraídamente por los puestos de la feria. Minutos después
nos dirigimos al bar más cercano. Nos sentamos en una mesa junto a la ventana y
pedimos unos refrescos.
-Hola, chicas –oímos la voz de Natasha.
-Hola –me levanté para saludarla, al
igual que a Alison y a Janice.
Las tres se sentaron en la mesa y el
camarero les trajo unas bebidas. Tras estar toda la tarde con mis amigas, algo
que añoraba de veras, volví a casa. Por suerte nos habíamos instalado de nuevo
allí después de restaurar la escuela.
-Hola –saludé alegremente al entrar.
-Hola –saludó mi hermana, que bajaba las
escaleras en ese momento-. ¿Qué tal el día?
-Genial.
Me senté junto a ella en el sofá y
charlamos distraídamente viendo la televisión. El sonido de su móvil la
interrumpió, lo que me recordó que tenía que llamar a Eric. Me levanté del
sofá, sabía que con Simon estaría horas hablando, y subí a mi habitación para
coger el móvil del bolso. Marqué su número.
-Hola –saludó al otro lado de la línea.
-Hola, perezoso. ¿Has descansado?
-Sí, estoy listo para otra noche.
-Genial. ¿Nos vemos a las diez frente al
Cheers?
-Vale.
-Natasha, Alison y Janice vendrán. Llama
a tus amigos del equipo.
Se rió.
-¿Estás segura? Están locos –bromeó.
-Mejor –oí que mi madre me llamaba desde
el piso de abajo-. Te tengo que dejar, nos vemos esta noche. Adiós.
-Adiós.
Dejé el móvil sobre la mesa de
escritorio y bajé las escaleras.
-Dime, mamá.
-¿Has quedado esta noche, quiero decir,
vas a cenar aquí?
-Sí, cenaré aquí. Luego saldré.
-De acuerdo. Pon la mesa, entonces.
Sin levantarme de la encimera movía las
manos ágilmente para que los platos, cubiertos y vasos, fueran colocándose
sobre la mesa.
Una vez acabé de cenar subí a mi
habitación y me cambié de ropa. Me maquillé, cogí el bolso, las llaves de mi
coche y el móvil.
-Adiós –me despedí mientras salía por la
puerta.
-No vuelvas tarde –dijo mi madre.
-No me esperes despierta –repuse antes
de cerrar detrás de mí.
Subí al coche y conduje hasta la
cafetería en la que habíamos quedado. Cuando llegué la mayoría ya estaban allí,
entre ellos Amber y Eric. Me acerqué a él y le
saludé con un beso.
Nos pasamos la noche entera yendo de un
lado a otro del pueblo, entrando en uno y otro bar. Cuando estos comenzaron a
cerrar desplazamos nuestra propia fiesta al parque. Mientras todos parloteaban
animadamente Eric estiró de mi brazo, haciendo que ambos nos perdiéramos entre
los numerosos árboles, apartándonos del resto del grupo.
Eric se sentó en el suelo apoyando la
espalda contra uno de los árboles. Yo me acomodé a su lado y apoyé la cabeza
sobre su hombro. Entonces él pasó su brazo por mi cintura y me arrastró hacia
su regazo.
-Hacía tiempo que no teníamos un momento
para estar los dos solos –dijo mientras me acariciaba la mejilla.
-Sí –coincidí.
Me incliné sobre él y le besé con ternura.
-Todo este año ha sido una auténtica
locura.
-No me avisaste cuando me enamoré de ti
de que tu vida era tan complicada –se burló.
-Ni yo misma lo sabía entonces –me reí.
Hice una pequeña pausa y mi rostro cambió-. Siento mucho todo lo que has tenido
que pasar por mi culpa, Eric. Creo que si hubiera sabido en todo el peligro que
te metía te hubiera mantenido alejado de mí.
-Yo no cambiaría nada de lo que he
pasado si eso implicara no estar contigo, Samira –dijo muy serio.
Descansé mi frente sobre la suya y le
acaricié el pelo.
-Pero te intentaron matar dos veces –hice
una breve pausa-. Cuando cogí el teléfono pensando que eras tú y escuché la voz
de Cameron…, Dios, se me cayó el mundo a los pies.
-No
pienses en eso –me susurró-. Olvídate de lo que pasó, yo estoy bien; tú
también. Eso es lo que importa.
Sus brazos me rodearon y me estrecharon
contra él. Apoyé mi cabeza sobre su hombro y me acurruqué sobre su pecho.
Nos mantuvimos en completo silencio.
-¿En qué piensas? –preguntó en un
susurro.
-En
este verano. Espero que sea normal y no la locura que he vivido este año.
Me
miró y sonrió.
-Lo
será.
ESPERO COMENTARIOS SOBRE QUÉ OS HA PARECIDO EL FINAL PORQUE NO LO TENGO MUY CLARO TODAVÍA.
UN BESOO!
¿FINAAAAAAAAAAAAAAAAL? NOOOOOO T_____T
ResponderEliminarJopetas, tienes que escribir una segunda parte, o algo :( Me alegra que Samira y Ámber hayan arreglado las cosas, es genial :)
Me ha gustado mucho, al igual que el resto de los capítulos. Escribes muy bien y, de verdad, me encantaría leer una segunda parte sobre esto.
Un beso muy, muy grande :D
Pues la verdad es que si que he pensado en una segunda parte, pero no tengo nada en claro así que ya veremos...
EliminarGraciaas! Un beso
El final?? No!! Deberias escribir una segunda parte, está genial!!
ResponderEliminarMe alegro se haya arreglado todo con Amber porque parecia taaan simpática!
Y yo quiero un Eric!! Por dios me he enamorado jajaja!
Pues eso, un beso!!
Jajaja muchas gracias!
EliminarCon lo de la segunda parte te digo lo mismo que a Carla que he pensado en ello, pero no tengo nada en claro así que ya veremos...
Por ahora tengo otra novela entre manos que a lo mejor subo al blog... Y también estoy pensando en enviarlo a una editorial a ver qué tal.
Un besoo muy grande!!
Mandala a alguna parte es supremamente interesante, yo la compraria sin dudarlo mucho es que esta BRUTAL! :DDDDDD
ResponderEliminarMe entristece que se haya acabado, me parece muy buena la historia, tiene gran estructura. Y extrañare a los personajes :c
Quiero una segunda parte, Dios! :D
Otra vez muchisimas graciaaas!!
EliminarSí que he estado pensando en una segunda parte, pero no tengo nada claro todavía.
Y en cuanto a lo de mandarlo a algún sitio sí que estoy pensando en ello, estoy buscando alguna editorial y eso.
Un beso!! =D